Google es una herramienta que, literalmente, me fascina. Para bien y para mal. Es tan poderosa que hasta da miedo. Y una manera de sacarle partido al 200% es usarla para aprender inglés. Hoy me gustaría contarte cómo puedes hacerlo de varias maneras.

La Tierra prometida de la información

Por supuesto, el uso más directo y primario de Google es el de facilitarte un mundo infinito de posibilidades: páginas webs, servicios, herramientas, lecturas, vídeos, infografías, comunidades, etc. Todo esto puede aprovecharse para aprender inglés, claro está. Aunque a veces, demasiado contenido puede llegar a embotar tu cabeza, y filtrar cuál es de calidad y cuál no se complica. De momento, aquí en el blog puedes leer la sección Recursos para aprender inglés, donde te ofrezco los que yo he encontrado y considero más útiles personalmente. De todas formas cada día crecen de manera exponencial las posibilidades, así que iré actualizándolo constantemente. Te animo a que te pongas en contacto si encuentras más recursos.

Google como corrector

Algo que a mucha gente se le pasa, pero que resulta muy útil, es utilizar Google como corrector. Y es que está plagado de casos reales, ejemplos de palabras y expresiones en contexto, preguntas de personas con las mismas dudas que tú, etc. Con escribir una palabra o frase en el buscador, Google te dará automáticamente la versión aceptada, correcta o más usada de dicha expresión. Por ejemplo, si no estás seguro de si la palabra recomendar se escribe “recomend” o “recommend”, con doble eme, no tienes más que escribirlo y San Google te dirá la respuesta:

Daway inglés - aprender inglés - google screenshot

Google e Imágenes como diccionarios

Una de las cosas que cuento en mi ebook es la necesidad de crear conexiones ricas con las palabras que vayas aprendiendo. Si solo lees una palabra escrita, sin contexto ni matiz alguno, será muy difícil – por no decir imposible – que la memorices. Porque la conexión en tu cerebro es de un garabato escrito con una traducción en tu cabeza, en español. Sin embargo, imagina que aprendes la palabra “horse”, caballo, y la buscas en Google: puedes acceder a imágenes de caballos, encontrar ejemplos reales de personas mencionando la palabra, ver vídeos en youtube donde aparezcan horses, y hasta escuchar la pronunciación en diccionarios fonéticos como howjsay. De esta forma es casi IMPOSIBLE que olvides la palabra, puesto que estás creando una imagen en tu cabeza muy vívida y rica en matices. Sobre todo te recomiendo usar Google imágenes. Cada vez somos más y más visuales, y la información que procesan nuestros ojos es más rápida que cualquier otro sentido. Buscar imágenes de todo aquello que aprendas te ayudará muchísimo.

Google como literatura gratis

Es un banco de palabras infinito, también de expresiones, y de manera inevitable, de textos escritos también, sean o no literarios. Por un lado, puedes obtener acceso a clásicos de la literatura. Prueba a escribir “The Little prince”, el Principito, por ejemplo. Uno de los primeros enlaces es el libro en formato online. Pero ahí no acaba la cosa. Añade una palabra más a tu búsqueda: “The Little Prince audiobook”. En youtube hay como tres o cuatro lecturas del libro, leídas por nativos. Es decir, que tienes acceso al libro y a una lectura del libro. How good is that? Por cierto, es uno de los libros más hermosos jamás escritos.

Aún hay más. Y es que puedes encontrar textos no literarios, casi sobre cualquier cosa. La cantidad de blogs y foros disponibles es interminable. Si te interesa la fotografía, solo tienes que escribir “photography”. Y encontrar miles de ejemplos reales, de personas como tú y como yo, nativos, hablando del tema, preguntando, usando vocabulario relacionado, etc. Esto es clave para memorizar más rápido, pues la conexión con esa palabra en tu cerebro está asociada a un caso real.

See you around!

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